EL CUARTO DE LA PLANCHA
«Mi madre no tiene nombre. Solo se llama mamá, como todas
las madres del mundo. Nunca se me habría ocurrido dirigirme a ella de otra
manera». (Página 15)
El cuarto de la plancha. Un buen título. Ese lugar al que su
madre está dispuesta a irse a dormir para que su hija se quede con ella.
«El cuarto de la plancha. Se trataba de la habitación que
había sido de nuestra cuidadora, convertida desde hacía tiempo en un saco sin
fondo que, además de para planchar, servía para amontonar todo aquello que no
sabíamos donde guardar».(Página 296)
Inma Chacón
Inma Chacón (Zafra, 1954) es Doctora en Ciencias de la
Información y Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de
Madrid. Fue decana de la Facultad de Comunicación y Humanidades de la
Universidad Europea, es profesora jubilada de la Universidad Rey Juan Carlos y
actualmente colabora en diversos medios de comunicación. Su primera incursión
en el mundo de la narrativa fue con "La princesa india", novela a la
que siguieron "Las filipinianas", "Tiempo de arena" (por la
que fue finalista del Premio Planeta), "Mientras pueda pensarte",
"Tierra sin hombres" y "Los silencios de Hugo", que fueron
grandes éxitos de ventas y crítica. También ha publicado la colección de
relatos, "Voces. Antología personal" y los poemarios
"Alas", "Urdimbres", "Antología de la herida" y
"Arcanos".
Comentario
“El cuarto de la plancha” es Inma Chacón y su familia. Un
homenaje precioso a toda su familia, especialmente a su madre. Una madre que
cuando empezó a escribir este libro era muy mayor. Los padres de Inma tuvieron
nueve hijos, dos de ellos gemelas: la propia Inma y su hermana Dulce. Dulce
Chacón, escritora de libros como por ejemplo el maravilloso “La voz dormida”.
El padre de Inma murió demasiado joven, cuando sus hijos aún eran pequeños, la
mayoría niños. ¿Cómo se las iba a arreglar una mujer sola para criar y educar a
nueve hijos?
Inma nos cuenta en su libro, cómo su madre decidió irse a
Madrid con toda su familia y allí ponerse a trabajar. Nos
hablará del colegio en el que Dulce y ella estuvieron
internas, de la vida con tantos hermanos, de los juegos a los que jugaban, de
lo que se querían y lo que discutían, de la casa del pueblo... Una infancia
marcada por la tragedia de la muerte de su querido padre pero una infancia
feliz de risas y juegos. También nos cuenta lo que pasó después cuando todos
crecieron y se convirtieron en adultos. Se centra en su hermana Dulce, en su
madre y en ella misma aunque también nos habla cuando toca del resto de sus
hermanos, cuñados y cuñadas, sobrinos, etc. Conoceremos así a la familia
Chacón, donde todos se quieren y se apoyan. Todos aglutinados alrededor de su
madre.
El libro está lleno de anécdotas, tanto de la infancia como
de la juventud y la edad adulta. Algunas te hacen sonreír imaginando lo bien
que se lo pasaba esta gran familia. Otros te hacen llorar. Porque en la familia
de Inma, como en todas supongo, ha habido muchas alegrías pero también muchas
desgracias. Pérdidas. Nos habla de la relación tan especial que existe entre
ella y su hermana gemela, contándonos anécdotas que nos acercan a cómo debe ser
tener alguien que es exactamente igual que tú y con quien sientes una conexión
especial. . Me ha gustado mucho la forma de vivir de la familia Chacón. Su
madre me ha encantado, una mujer fuerte que arreó con lo que la vida le puso
por delante pero que siguió siendo, ante todo y sobre todo, madre. Ese pilar
que sujeta a la familia entera. Una madre a quien sus hijos adoran, en quien
confían, a quien van a contarle todo.
Todo el libro está escrito en primera persona por la propia
Inma. No utiliza nombres propios pues su madre es mamá y, a partir de ahí,
todos los demás recibirán un título similar: papá, mi gemela, mi tía, mi
pareja, mi primer marido, el hermano mayor, el que va detrás de nosotras,
etc... Tampoco se utilizan nombres de lugares salvo Madrid.
Petra Gómez
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