Isabel San Sebastián (Chile, 1959) es una periodista todoterreno, ha trabajado en prensa (ABC, el Mundo), radio (cadena SER, Onda Cero, RNE, COPE) y televisión (TVE, Antena 3 Telecinco y Tele Madrid), actividades a las que roba tiempo para dedicarse a su pasión que es escribir.
Hija de un diplomático español, su ascendencia es vasco-navarra. Tras licenciarse en Ciencias de la Información por la Universidad
Complutense de Madrid, se incorpora al periódico La Gaceta del
Norte, de Bilbao. De ahí saltó a escribir en medios de ámbito nacional como la
revista Época o el ABC, en el que comienza a escribir la columna de contenido político El
contrapunto y donde permanece entre 1989 y 2000.
Sus primeros contactos con el mundo de la televisión se los debe a Jesús Hermida, que la incorpora a la tertulia política de los programas que presenta y
conduce en Antena 3: Con Hermida y compañía (1995) y La hora Hoy por hoy.
Además de sus ensayos políticos, ha cosechado éxito con
las novelas históricas como La visigoda, Astur, El
reino lejano o La peregrina.
Su última novela histórica: La Temeraria se publicó en abril de 2024 y ya
lleva 6 ediciones.
Sinopsis
Siglo
XII, Reino de León. En plena ofensiva
almorávide, con la cristiandad acorralada, Urraca, hija de Alfonso VI y
legítima heredera al trono leonés, contrae matrimonio con Alfonso I de Aragón,
cumpliendo la última voluntad de su padre recién fallecido. Esas «malditas
bodas» desatan una lucha sin cuartel entre la soberana y su esposo, el
Batallador, empeñado en usurparle la corona para ejercer un poder que por
derecho le pertenece a ella.
Narrada a través de los ojos
de Muniadona, su doncella más cercana, esta novela recrea la azarosa vida de la
primera reina de España y Europa, una mujer maltratada e incluso violada, pero
nunca vencida, que se vio obligada a enfrentarse a su marido, a su propio hijo
y a todos los prejuicios de su tiempo para ejercer el papel que le había
asignado la historia, a menudo vestida de hierro.
Urraca se enfrenta a
innumerables desafíos para mantener su derecho al poder, en una época de
intrigas, traiciones y luchas de poder, donde se destaca su valentía y
determinación negándose a ser vencida por las adversidades.
Es
una mujer que quiere reinar en el siglo XII con
un matrimonio desgraciado con un hombre que la maltrata, un hijo del que
le quieren separar e incluso dos amantes en aquellos tiempos en los que era
normal que los reyes tuvieran amantes, pero nunca las mujeres.
Es
una sociedad cargada de prejuicios y misoginia, le llamaban meretriz pública y
hacían coplas los juglares, algo que jamás hubiera ocurrido con un rey, ya que
no se hubieran atrevido o, más bien, ni siquiera habrían concebido hacer
chanzas porque el rey tuviera amantes. A Urraca seguro que le importaban las
críticas que recibía, pero las superaba y, de hecho, siempre apostó por el
amor, primero con el conde Gómez, con quien pretendía casarse y, luego, con su
gran aliado político, el conde de Lara, una vez fallecido el anterior. Con el
conde de Lara estuvo hasta que murió y tuvo dos hijos con él, Elvira y
Fernando.
Toda
la novela está narrada desde la mirada
comprensiva, respetuosa y de admiración
y cariño hacia una reina a la que sus coetáneos destrozaron, básicamente, por
una cuestión de prejuicios y de misoginia.
¿Por qué recomiendo su lectura?
Todo
lo que aparece sobre la reina Urraca en la novela es histórico, basado en lo
que reflejan las crónicas y documentos de la época, incluso en episodios muy
concretos que acontecen y están reflejados, por ejemplo, en la Crónica Compostelana. Esto hace que
se conozca mejor los hechos
ocurridos en la Edad Media y que
configuran la historia actual y nos acercan más al pensamiento y formas de actuar de esa época.
Urraca
se atrevió a reinar, lo que rompía un tabú mental en aquellos tiempos marcados
por la gran influencia eclesiástica en el poder político, a través de los
monjes de Cluny. Ellos le pusieron el apodo de La Temeraria, si hubiera sido
hombre hubieran llamado “el Audaz”, “el
Valiente” “el Intrépido”.
Fue una mujer pionera y tiene sobrados elementos para ser un icono del
feminismo actual y, además, murió un ocho de marzo de 1126. En muchos sentidos
fue una mujer adelantada a su tiempo, aunque también era muy medieval, muy
religiosa, muy tiránica y autocrática, como era la concepción del poder en su
tiempo.
Antonia García HPM
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